El grupo de satélites de EEUU en América, que acompañaba las declaraciones de Trump, y que reconoció al golpista Juan Guaidó, da un giro en sus declaraciones y parece bajarse del plan de la invasión militar.

Tal vez se dieron cuenta de que ellos junto a Venezuela pondrían los muertos en una guerra para beneficiar a los norteamericanos, tal vez no se logró dar el golpe el día planificado y eso los asustó, o tal vez buscan legitimarse en los medios cuando en realidad continuan con los planes de exterminio de hermanos latinoamericanos, sea por la razón que sea, el giro sorprendió a muchos.

El Grupo de Lima ha reiterado este lunes que la “transición a la democracia” en Venezuela “debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente”, apoyada por medios políticos y diplomáticos sin uso de la fuerza. El bloque le baja así el volumen a la posibilidad de una intervención militar, un fantasma frecuentemente agitado desde el chavismo, en la misma jornada en que la Unión Europea pidió a Estados Unidos prescindir de esa opción.

Los Gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y, por primera vez, Venezuela, representada por Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como mandatario interino, firmaron una declaración en la que también “exigen la salida inmediata de Nicolás Maduro y el cese de la usurpación, respetando la autoridad constitucional de la Asamblea Nacional y al presidente encargado”.

La declaración del bloque, una alianza de 13 Estados latinoamericanos y Canadá creada en 2017 para promover una salida a la crisis venezolana, también condena al régimen chavista por haber impedido el ingreso de las ayudas internacionales el pasado sábado 23 de febrero, “mediante actos de represión violenta que ocasionaron múltiples heridos y muertos en la frontera con Colombia y Brasil, todo lo cual ha agravado el riesgo en que se encuentran la vida, dignidad e integridad de los venezolanos”. Asimismo, solicita a la Corte Penal Internacional tomar en consideración la grave situación humanitaria en Venezuela, pues considera que la represión contra la población civil, y haber negado el paso de la asistencia, constituye un crimen de lesa humanidad.

El grupo de Lima omite, que Juan Guaidó no es el presidente de Venezuela, que habiendo sido atacados un puesto militar fronterizo, habiendo montado la falsa deserción de supuestos militares en la frontera, siendo estos en realidad delincuentes venezolanos disfrazados, habiendose comprobado la presencia de marines estadounidenses de incógnito en el puente jamás habilitado las tienditas, y habiendosé desmontado el falso positivo sobre un supuesto muerto por la GNB, la teoría de que la ayuda humanitaria no entró por que Venezuela provocó los disturbios queda echada por tierra, igualmente, para lo que es el Grupo de Lima, lo hicieron bastante bien.