Duras críticas a Alonso por sus comentarios sobre el #8M

La precandidata judeo-evangelista derrochó prejuicios y comentarios desafortunados en un discurso de lo mas machista.

Además declaró a los medios que no apoyaba el paro de mujeres propuesto al PIT CNT y que concurriria a la marcha, a pesar de haber votado contra toda ley que reconociera derechos o fueran un avance para las mujeres uruguayas.

“Color esperanza” sonaba fuerte en uno de los salones del Hotel Esplendor, cerca del Club de Golf de Punta Carretas.

Es que allí se dieron cita justamente unos 200 adherentes y simpatizantes de Esperanza Nacional, el sector que aglutina a todos los que respaldan la precandidatura presidencial de Verónica Alonso. 

La cita estaba destinada a que la senadora presentara sus “ideas para el cambio”, con las que pretende lograr la nominación de su partido el 30 de junio.

Mientras se esperaba su aparición, se iba proyectando en varias pantallas los “testimonios” de varias personas que daban sus razones de por qué Alonso es la indicada.

“Las mujeres son diferentes”, apareció diciendo un joven. “Son más ordenadas que los hombres”, afirmó. “Es una persona muy solvente”, apuntaba una mujer. “Se enfrentó a los líderes de su propio partido”. Otra mujer reparaba en el hecho de que, si bien tiene experiencia, es una “cara nueva”, que no arrastra un “legado que otros, quizás, traen de sus padres o abuelos”.

Luego fue el turno de conocer el jingle de campaña, que promete desde el inicio que “hay un cambio posible”, que “hay una voz que se anima a decir siempre la verdad”, que llama a “empezar a cambiar y a dejar los miedos atrás” y que “si buscás algo distinto no hagas siempre todo igual”.

En ese momento hizo su entrada Alonso. Con blusa azul claro, pollera blanca y sandalias, se dirigió al estrado colocado exactamente en el centro de la sala, con los asistentes rodeándola por los cuatro lados. Un pequeño atril servía para apoyar el IPad en el que la senadora fue visualizando su discurso. 

Alonso comenzó explicando por qué decidió competir por la presidencia, luego de haber iniciado hace algunos años una carrera política llena de “repechos y curvas”, que le resultó más difícil de superar por el solo hecho de “ser mujer”.

Luego de definir a sus tres hijas como “su fuente de inspiración” relató que decidió postularse luego de una charla familiar. Alonso aseguró que nunca tuvo aspiraciones de “cargos o privilegios” sino que el motivo de su candidatura se debe a esa conversación. 

“Hablamos de todos los uruguayos que tuvieron que buscar su suerte en otro lugar y debieron dejar nuestro país por razones dolorosas,” contó, en referencia a los que tuvieron que emigrar. 

Con la voz un poco entrecortada, Alonso señaló que esa noche decidió que “haría lo imposible” porque sus hijas no tuvieran que irse de Uruguay. “Y lo que quiero para mis hijas, lo quiero para todos los hijos de los uruguayos en este país” agregó, provocando el primer aplauso de la noche. 

“No quiero más despedidas ni frustraciones”, aseguró, mientras en las pantallas aparecía la imagen de una familia, abrazada en un aeropuerto.

La senadora dijo querer un Uruguay “vivible y posible”. Afirmó que muchas veces le preguntan por qué “se la pasa metida en merenderos, asentamientos, en hospitales”, en lugar de “disfrutar de la vida”. 

Eso sería fácil, dijo. “A mi nunca me gustaron las fáciles. Este país necesita que nos hagamos cargo”. 

A Uruguay lo gobernaron 41 hombres, recordó. Hoy, dijo, “es tiempo de que volvamos a poner orden en nuestro país”, otro de los conceptos que estructuraron su discurso y que repitió varias veces.

Se trata, señaló, de “hacer lo que las mujeres hacemos a diario: ponemos orden y administramos”. 

Según Alonso, la mayoría de las mujeres en sus casas “con dos pesos hacen maravillas y con un huevo y un poquito de arroz hacen un almuerzo para unos cuantos. Pregúntenle a mi mamá”, dijo.

Por eso, agregó, “hoy las mujeres nos vamos a hacer cargo de este país”. 

Alonso prometió cambiar una A por otra A. “No estoy desvariando”, aclaró. “Voy a cambiar la apatía por el amor”. La apatía de los gobernantes contra las ciudadanos “que somos un número” lo cambiará por “ese amor que las madres damos”. 

Alonso reconoció que “las mujeres hablamos bastante, pero hacemos lo que decimos”. Dijo que llegó para “recuperar el país que que queremos”. 

Lo hará, señaló, rompiendo con el paradigma de que una mujer no puede estar al frente de un gobierno. “Serán protagonistas de poner a la primer mujer presidente, por primera vez en la historia se nuestro país”. 

Alonso advirtió que en esta campaña se escuchará tantas veces la palabra cambio que terminará por perder su significado. Prometió en su lugar explicar cómo va a hacer para terminar con el “tobogán de decepciones”. 

Acusó al Frente Amplio de copiar muchas de sus propuestas, que no mencionó, y lo convocó a aplicarlas ahora y no esperar a 2020, “porque vamos a estar nosotros”. 

El colchoncito

La precandidata pasó a exponer las líneas generales de “por dónde quiere ir” en caso de ser electa. Identificó cuatro áreas fundamentales que estructuran a la sociedad y en los basa los “pilares de su campaña. 

El primero es la economía, con propuestas dirigidas a los hoy “no llegan a fin de mes” y que sufren “la pérdida de trabajo que afecta a la mayoría de los uruguayos”. 

Se debe, dijo, ordenar la economía. En referencia al déficit fiscal, sostuvo que será un “lindo problema a heredar”. De todas formas, llamó a no preocuparse. 

“Las mujeres somos buenas administradoras, y guardamos abajo del colchoncito para los momentos de las vacas flacas”, dijo. Lo que no hizo, apuntó, el “buen” ministro Astori.

Alonso relató que el Frente Amplio se dedicó a “estatizar” todo el Uruguay, con un Estado que “todo lo controla”. Mientras lo decía, de fondo aparecían imágenes del ojo de “Gran Hermano” y del Ingsoc, la ideología del partido gobernante de la novela “1984”, de George Orwell. 

Para alimentar a ese Estado “derrochador, gordo y pesado como un elefante”, tuvieron que llenarlo con “gente afín a sus ideas, amigos y acomodados”, dijo. 

Alonso prometió promover inversiones, firmar todos los tratados de libre comercio posibles y defender la producción nacional. Para eso, dijo, deberá necesariamente bajar la carga impositiva. 

Lo hará,explicó, bajando el costo del Estado. Así, aseguró, se podría duplicar en cinco años los salarios de 20 mil pesos que ganan la mayoría de los uruguayos.

Además de frenar el ingreso al Estado y terminar con la inamovilidad de los funcionarios públicos lo que desató un fuerte aplauso, promoverá que los salarios de los políticos estarán atados a su desempeño. 

Prometió bajar las tarifas públicas a través de una mejora en la gestión, y terminar con el monopolio de combustibles de Ancap. Nueva ovación del público. 

Habrá también,dijo, beneficios fiscales a la producción. Confiando en la teoría del “derrame”, garantizó que estas medidas redundarán en la generación de empleo.

“Queremos sindicatos fuertes”, señaló Alonso. “Pero que defiendan lo que tienen que defender”, aclaró. “No vamos a permitir sindicatos cogobernando ni ocupando plantas, acobardando a los que producen en este país”, prometió. 

“Vamos a poner orden, necesitamos orden”, reiteró. La senadora garantizó que mantendrá los Consejos de Salarios, aunque “actualizados para promover equidades”. 

Se la volvemos a duplicar

El segundo “pilar” será la seguridad. “Vayan sabiendo que no me va a temblar la mano para indicar a dónde tienen que ir los que cometan delitos”, aseguró. 

Prometió modificar el Código del Proceso Penal y colocar al frente del Ministerio del Interior al “mejor de los policías” que respalde a la fuerza y que recupere el valor de la Policía. 

“Esa Policía que cuando éramos gurises le teníamos miedo y la respetábamos”, recordó. Alonso adelantó que dignificará también a otras dos profesiones, denostadas desde el resentimiento: los maestros y los militares. 

Alonso mencionó que el 66% de los presos ya estuvo “una, dos, tres y hasta 28 veces” en prisión. Por eso, dijo que a los reincidentes les duplicará la pena. “Y si vuelve a cometer un delito, volvemos a duplicar la pena”, aseguró. 

En su gobierno, los reclusos deberán trabajar y usar uniforme, para que “tengan un orden y una disciplina” bajo la dirección del Ministerio de Defensa. 

A nivel general, pondrá a las cárceles en la órbita del nuevo Ministerio de Desarrollo Social y de la Familia. 

Fortalecerá la inteligencia policial para dar una “batalla muy fuerte” contra el narcotráfico. “Pelear contra los narcos es pelear por cada mamá y papá que tienen miedo cada vez que sus hijos salen a la calle”, expresó. 

Alonso prometió ir a buscar a “todas las bandas” en una “lucha sin cuartel” ante la cual “no tengo miedo”.

Se terminó el recreo

El tercer pilar a “ordenar” en su gobierno, “aunque debería estar en primer lugar” es la educación. “Una enorme cantidad de gurises salen de la escuela sin leer”, advirtió. “Ni hablemos de multiplicar o dividir, esas ya son proezas”, ironizó.

Alonso prometió implementar un sistema educativo con evaluaciones periódicas a alumnos y docentes y que la enseñanza vuelva a ser obligatoria y no un “simple trámite para recibir beneficios”. 

Terminará a su vez con la autonomía y el cogobierno de una educación en donde “los sindicatos mandan”. Habrá más escuelas de tiempo completo, más tiempo para enseñar y más exigencias. 

Planteó tomar las propuestas del colectivo Eduy21 como su “hoja de ruta” y promover un “pacto social” para la educación de los próximos años. 

El primer eslabón

Para el final, Alonso dejó el pilar que considera fundamental y que articula a todos los demás. “Nada va a cambiar si no recuperamos y fortalecemos nuestros valores”, advirtió. 

“Si tenemos un ex presidente que dice que tener un título es tener un papelito, que no sirve para nada, es devaluar y subestimar el valor del esfuerzo”, dijo. “Eso lo tenemos que cambiar. 

Llamó también a recuperar la ética, la moral y la honestidad como valores intrínsecos del día a día, empezando desde el gobierno. 

Alonso consideró central el valor de la familia. “Las mujeres sabemos de valores”, dijo. “Somos el primer eslabón de esa cadena que empieza en casa”. 

La senadora consideró posibles y reales todas estas propuestas. “Para cambiar hay que tener coraje. La gente está cansada de gobernantes políticamente correctos”.

Hasta la victoria

La precandidata culminó su “un tanto desordenada” presentación asegurando que estaba allí para ganar la interna del Partido Nacional. Los aplausos llegaron casi al mismo momento en que se conocía que Cifra le otorgaba un magro 2% en la carrera por la nominación presidencial. 

También para ser “la primer mujer presidente de Uruguay” como lo que es: “mujer, profesional, mamá, guerrera y luchadora”. 

Para recuperar los “valores tradicionales” y porque “cada uruguayo me importa como si fuera una de mis hijas”. 

Mientras su voz iba perdiéndose por la emoción, Alonso se comprometió a que “cada uno de esos jóvenes que he visto en estos años puedan salir del asentamiento en el que los vi, rodeados de aguas servidas, ya sin siquiera un mañana, sin un hoy”.

“Me sobran los motivos, porque lo imposible solamente cuesta un poquito más de tiempo”, señaló. “Estoy acá por tu mamá, por tus hermanos, por tus hijos, y por tus sueños también, agregó. 

Alonso optó por dejar un mensaje final. “Nunca se den por vencidos. Bajar los brazos nunca es una opción. No lo es para mí, aunque algunos quieran”, aseguró.

“Hasta la victoria”, se despidió.

Un comentario

  1. Me pregunto si habrán furmulado bien la pregunta a esos 2% de intención de la interna . Si lo hacen pausadamente cae al 1%

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