La jueza de Ejecución de Canelones Elsa Montín había resuelto a principios de abril retirarle la tobillera electrónica y la custodia de la Oficina de Supervisión de Libertad Asistida (OSLA) al represor José Nino Gavazzo, condenado como autor responsable de 28 delitos de homicidios muy especialmente agravados, que cumple prisión domiciliaria en una casa en Parque Miramar.
La medida de la jueza fue recurrida por el fiscal Ricardo Perciballe, especializado en crímenes de lesa humanidad, quien presentó un recurso de reposición y apelación que dejó en suspenso la decisión de la jueza. En el escrito, el fiscal argumentó que la decisión de la jueza era un “agravio” para toda la sociedad, y enumeró los distintos delitos por los cuales Gavazzo fue condenado. Perciballe precisó que la defensa del militar sólo consigna la “enfermedad que lo aqueja”, sin exponer cuál sería la “inconveniencia” de la tobillera, y que si se cumple lo establecido por la jueza, la Justicia perderá el “control” sobre Gavazzo, lo que podría implicar un peligro de fuga.
La jueza hizo lugar a la apelación y dio marcha atrás a su decisión. Perciballe confirmó la información y comentó que Montín tenía dos posibilidades: aceptar el pedido de la fiscalía y revocar su decisión o mantener su criterio y que el caso pasara al Tribunal de Apelaciones. “No fue necesaria esa instancia porque ella resolvió revocar su decisión anterior y repuso su posición inicial”, expresó.