Estados Unidos ha dado tres meses de plazo antes de aplicar las sanciones a Huawei. Ese breve respiro servirá para que las empresas estadounidenses que suministran al gigante chino se adapten a la situación y se preparen para el terremoto que se avecina.
Este domingo, Google anunció que, forzado por las sanciones, corta los lazos con Huawei, una medida drástica que supone, entre otras consecuencias, que los teléfonos de la firma china, los segundos más vendidos en el mundo, ya no podrán tener acceso a Google Play, acceder a Gmail o a aplicaciones tan famosas como Google maps.
Algunos propietarios de smartphones de Huawei se lo toman con filosofía y afirman que, en cualquier caso, los teléfonos móviles no están hechos para durar y se cambian rápidamente. Otros, sin embargo, se sienten engañados. En París, una joven, con la caja de su nuevo Huawei en la mano, se lamenta: “Me hubiera gustado que me hubieran advertido. No tenía ni idea y lo acabo de comprar”.
La batalla por el dominio del 5G
Las sanciones estadounidenses tienen como trasfondo la batalla por el dominio mundial de las redes 5G, llamadas a revolucionar internet.
En ese sentido, el presidente y fundador de Huawei ha advertido a Estados Unidos de que subestima a su empresa y asegurado que, pese a las sanciones, seguirán desplegando su tecnología 5G en la que llevan “dos o tres años de ventaja” a sus competidores.
Washington, entretanto, acusa a Huawei de ser un instrumento de espionaje de China.