Montevideo es una presa enorme en la vida electoral de nuestro país, desde que en el 90 Tabaré Vazquez inició una era frenteamplista en la comuna que los partidos tradicionales no han podido dar por terminada, incluso recurriendo a medidas desesperadas tales como unirse en el Frankenstein político que significó la concertación que parece va a repetirse en las próximas elecciones.
Pero la descentralización trajo consigo una oportunidad, la creación de los municipios y las dificultades del Frente Amplio de cubrir con militancia los espacios nuevos dieron lugar a que el Partido Nacional encontrara una veta que podía ser explotada.
La obtención de dos Municipios, el E y el CH fue un hecho que el Partido Nacional podría haber aprovechado para construir alternativa en búsqueda de dinamitar la cómoda ventaja frenteamplista en la capital, digo podría porque claramente no lo hizo.
Entre tercer nivel de gobierno y política de cuarta
Aunque el lector puede suponer cuales son estos municipios, vale la pena contarlo, son los municipios de la franja costera este de montevideo, trinchera nacionalista desde la cual con disciplina lograron arrebatarle a los barrios populares de la parte norte de ambos municipios el mote de “prioridad municipal” aunque nunca reconocido fácilmente comprobable.
La gestión tanto del CH como del E han sido solamente hasta Av. Italia, desconociendo todo lo que estuviera al norte al mejor estilo Game of Thrones, inauguraciones, gestión de limpieza, frecuencia de barrido, proyectos culturales, todo desarrollado donde vive la gente que mas exige achicar el Estado, mientras que en los asentamientos y en los barrios donde vivimos los comunes, ver cuadrilla municipal alguna era menos común que observar el paso del cometa haley.
Municipio E
A la pésima gestión se le sumaron estrepitosas irregularidades, por el lado del municipio E, es sabido que una suplente del Alcalde Agustín Lescano por el partido nacional, Lorena de León, denunció ante la justicia y ante la junta departamental el intento de soborno perpetrado por quien la sigue en la sucesión, al mando del diputado Rodrigo Goñi a cambio de que ella renuncie a ser Alcaldesa en caso de licencia de Lescano.

Discriminación y violencia machista son la carta de presentación del Municipio con los peores indices de ejecución presupuestal de Montevideo.
Municipio CH
Hace poco publicábamos que el alcalde Abt realizó la fiesta de cumpleaños de su hijo en el Parque de Villa Biarritz, haciendo que el municipio se encargara de la limpieza, lo que luego negó con un comunicado que alega que el expediente tiene un “error en la redacción”.

Este incidente menor (que no tuvo repercusión por la protección de la gran prensa capitalina), quedó chiquito al lado del que se conoció ayer, y sobre el cual se desarrollara en unas horas una conferencia de prensa por parte del Frente Amplio.
El Alcalde utiliza el logo del municipio para publicidad blanca, y además, la secretaria privada del alcalde empleó una base de datos de adultos mayores y el teléfono del organismo para invitar a concurrir a actos herreristas.
La comuna, además, resolvió que la Asesoría Jurídica decida la pertinencia de realizar una investigación administrativa para resolver sobre el asunto.
Todo comenzó meses atrás, cuando el CH organizó una actividad para adultos mayores en Silvergate, ubicado en Jaime Zudañez 2733. Además de Abt, concurrieron al lugar los dirigentes herreristas Luis Alberto Heber y Gustavo Penadés.
A los participantes, se le solicitó un teléfono de contacto y uno alternativo. Fue así que la señora Ana Laura Alonso, quien concurrió a la convocatoria para acompañar a su tío, recibió la llamada para invitarlos a concurrir a un acto en Kibón, en donde iban a hacer uso de la palabra Abt y Lacalle Pou.
Alonso denunció el hecho en un cabildo abierto del municipio CH. Cuando fue consultado Lacalle Pou sobre el asunto, contestó: “No hay que darle bola a la gilada”.

Abt es uno de los nombres mejor perfilados para pugnar por la intendencia capitalina al mando de la concertación, que tendrá que buscar un sustituto al conocerse lo alejado de la ética que opera este sujeto.