El ataque con drones a las instalaciones petroleras saudíes, reivindicado por los rebeldes yemeníes, puso de relieve la ineficacia del sistema antiaéreo estadounidense Patriot y del escudo antimisiles Aegis.

El 14 de septiembre, las instalaciones de la empresa petrolera Saudi Aramco en el este de Arabia Saudí, fueron objeto de un ataque reivindicado por los rebeldes hutíes de Yemen.

La fuente explicó que los drones alcanzaron sus objetivos porque los sistemas Patriot y Aegis, ampliamente publicitados por los estadounidenses, no se corresponden con las especificaciones anunciadas.

La capacidad de Patriot y Aegis, para detectar y abatir blancos aéreos de dimensiones reducidas y misiles de crucero es baja.

El 18 de septiembre, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, admitió que el sistema antiaéreo Patriot, fabricado por la empresa Raytheon, no es completamente fiable.

Las justificaciones del alto funcionario estadounidense podrían ser válidas si se tratara de una sola batería, pero solo en el norte de Arabia Saudí se encuentran desplegadas 88 sistemas, 52 de ellas son del modelo más avanzado PAC-3 y los otros 36 corresponden al PAC-2.

Los radares estadounidenses, cubren completamente la región, especialmente el norte de Arabia Saudí.

Arabia Saudí es el mayor comprador de armas estadounidenses en Oriente Medio, incluido de los sistemas antiaéreos Patriot.

En 2017, Washington anunció que había suscrito un acuerdo con el Gobierno saudí para suministrarle armas por un monto de 110.000 millones de dólares.

Arabia Saudí lidera una coalición de países árabes que desde 2015 bombardea a los rebeldes hutíes en apoyo al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.