Hace tal vez un mes, las expectativas eran otras, la coalición ya formada de Lacalle Talvi y Manini, con los aderezos minoritarios estaba lista, y el Frente Amplio no encontraba el nervio que activara a la ciudadanía.
Pero algo pasó, y ese algo, debemos remarcar antes que nada es el 25 de agosto, día del comité de base, dónde aquellos cuyas nanas no permiten continuar el trajín semanal de militancia, hacen el esfuerzo de arrimarse al comité y templar, opinar, escuchar y aportar a que la fuerza política popular por excelencia recupere los bríos.
A eso se le suma una ola de sucesos que están desencadenados por un hecho inevitable, el país del Plan ceibal, el de la mejor conectividad de América Latina y en el que tener una computadora potente en la mano no significa un privilegio ni mucho menos, es, hasta por derrame, más democrático por el acceso a información.
Es así que lo que otrora era dominado por un muy reducido número de personas se desploma lenta, pero irrefrenablemente y se hace difícil construir relatos que no tengan un enorme sustento factico.
Muy lindos y muy caros los spots, pero no se le puede comprar coherencia a la agencias de publicidad, copiar a rajatabla, rozando el plagio, la campaña macrista, e intentar despegarse ya en el triste final de una de las épocas más nefastas de nuestro país hermano podría haber Sido fácil en los 90′, pero no hoy, dónde cualquier empleado con un poco de disciplina se puede dar el gusto de cruzar el charco un fin de semana, o donde necesita algo así como 2 segundos para ver de primera mano como viven los vecinos.
Y recientemente sucedió algo peor, Ecuador, que puede haber tenido nula incidencia en el votante, pero que la tuvo en el militante, un despota traidor como Lenin Moreno que intentó aplastar a su pueblo y se llevó la sorpresa de que no pudo ni con las fuerzas armadas, que entendieron que no apuntan los fusiles a las cabezas que se supone deben protegerse.
Ecuador duró poco, pero vino, y está ahora, Chile, un presidente adepto a la guardia militarizada, que afirmando que está en guerra sin poder decir contra quién, lanzó una jauría de pinochetistas vestidos de verde que no entienden que el mundo cambió, y gracias a su violencia nos están demostrando de la peor forma que lo que algunos llamaban cuentos sobre la represión de la dictadura hoy en día son videos a la luz del día en un país supuestamente democrático.
La realidad cayó como un ladrillo en una oposición que no sabe tocar sin partitura extranjera, y que quedó varado en una ola de realidad, que a pocos días de las elecciones, se parece cada vez más a una ola esperanza.
Larrañaga desacreditado, deschavada la Reforma, en la que el mismo cita a Chile como ejemplo. Sin ahondar en que su segundo al mando extorsiona y exige sexo a cambio de pasantías y se parapeta en la intendencia sin miras de renunciar.
Talvi en la misma senda, contorsionista empedernido amante de Chile y ahora también de Manini Ríos.
Un Lacalle Pou que no ha demostrado ningún tipo de liderazgo, que se devuelve esquivando preguntas y que tarde o temprano termina cayendo en sus inconsistencias.
Queda todo por verse, pero Uruguay pareciera caminar lento pero seguro a sostener está senda de crecimiento sereno pero no cansino.
Lucas Gargallo.