Este relato sobre lo vivido, proviene de una ciudadana chilena que nos lo proporcionó pidiendo se mantenga segura su identidad.

Lo publicaremos sin editar, asi como la autora quiso fuera leído:

“No recuerdo exactamente cuando comencé a sentir rabia por como funcionaban las cosas en mi país. Debe haber sido en mi adolescencia cuando comencé a darme cuenta de las desigualdades de Chile. Y es que como sociedad crecimos asumiendo los costos de una dictadura y con ello, muchos miedos. Es cierto. Fuimos una sociedad sumisa a la que enseñaron a obedecer para no morir. Aún pesa en nuestra memoria tanta impunidad. Recordamos las muertes y torturas como una etapa oscura nada más y las desapariciones como algo injusto de lo que asumimos nunca, tendrán justicia.
Hoy, a 40 años los temores vuelven. Hoy reescribimos una historia de sangre en que el mundo está siendo testigo a pedazos. Escuchando de una prensa cómplice que las manifestaciones en Chile han sido vandalismo de pequeños grupos organizados.
Mostrando una cara idiota de lo que realmente significa el movimiento que hoy despertó a Chile.
Dijeron que fue por 30 pesos de alza en el pasaje del transporte. La verdad es que fueron 40 años de abusos, de privatización del agua en donde unos pocos se enriquecen mientras que campesinos y animales en el Norte de Chile, mueren de sed. Si, hoy en el 2019 en Chile, hay gente y animales muriendo de sed.
Han sido años de privatización de la salud, en donde más de 9.000 personas mueren al año, esperando una atención médica que nunca llega.
En donde si no tienes dinero para pagar una quimio, te mueres y si no tienes dinero para costear medicamentos, también te mueres.
Porque los costos en medicamentos de enfermedades terminales y crónicas, tienen valores inalcanzables que superan los sueldos mínimos.
Privatizaron la educación. ¿Quieres estudiar? Te endeudas. No conforme con eso te endeudas por 40 años con créditos del banco estatal y tasas de intereses que te amarran a seguir pagando toda tu vida.
Privatizaron el sistema de pensiones de nuestros ancianos que juntaron dinero por 45 años de trabajo para que unos pocos inviertan en negocios privados, y les traspasen las perdidas y se queden con las ganancias de esas inversiones que hicieron con su dinero.
Estas son sólo tres razones de las tantas por las que marchamos pacíficamente. Porque no somos vándalos! Somos trabajadores, familias completas que estamos agotadas de esta mierda.
Empezó como la “evasión masiva” impulsada por los estudiantes que gritaron; “evadir, no pagar, otra forma de luchar”, y seguida por nosotros porque ellos nos despertaron. En un día de evasión ya eramos multitud
Al siguiente día, más de la mitad de Chile se movilizaba. Las manifestaciones tomaron tanta fuerza que el gobierno reaccionó pero no para dar respuestas.
Entre danzas, manifestaciones familiares, cantos y caminatas en La Alameda. El gobierno envió a carabineros a reprimir con brutalidad a los manifestantes. Entonces el eslogan cambió por uno que decía; “no tenemos miedo”. Y realmente no lo teníamos. Nos habían quitado tanto que se nos fue el miedo.
Desde ahí, todo cambió. De la nada comenzó el caos, saqueos e incendios a supermercados y metros. La prensa empezó a hablar más fuerte de vandalismo y centró el foco en él, como la problemática del país. Piñera irresponsablemente, sin dialogar, sin intentar llegar a acuerdos con el país, dictó, “estado de emergencia y toque de queda”.
Es aquí en donde empieza la masacre a nuestra gente. Militares y carabineros empezaron a detener sin discriminar a los manifestantes, a golpearlos y peor aún, a disparar a quemarropa, a la cara, a los ojos, a la cabeza, a la nuca.
Primero eran perdigones y luego proyectiles, balas que se ensañaron con nuestra gente, matando adolescentes, ancianos y niños.
Nuestras estudiantes empezaron a desaparecer y las que iban apareciendo, acusaban violaciones, torturas y otras que si aparecieron, estaban colgadas muertas en los parques. Todo de un momento a otro se volvió en un genocidio de estado.
Sin responsables ya que los militares..”sólo se limitan a recibir, ordenes”. ¡Nefasto para un estado de derecho y democrático!
Cada día junto a mi hija, nos fuimos aterrando más con lo que nos fuimos enterando por las redes. Cuerpos torturados empezaron a aparecer en plena calle, eran tirados desde furgones policiales.
Empezamos a oír relatos de niñas que habían sido torturadas, violentadas sexualmente por efectivos militares y policiales. En las redes se filtraron videos de torturas que Facebook borró por el contenido violento. Muchos videos de matanza a civiles a sangre fría, que sólo se manifestaban se hicieron visibles.
Militares apuntando con sus fusibles a niños a plena luz del día, sin importarles si eran grabados.
Muchos empezamos a armar redes de difusión interna ya que a muchos dirigentes de algún movimiento social, le habían bloqueado sus redes. Yo entonces me propuse recopilar videos de abusos militares a civiles y me comenzaron a llegar una cantidad enorme de imágenes y videos horribles. No tengo otra palabra para definir todo lo que he visto.
Desde disparos a trabajadores en sus cabezas y ojos, hasta niños y ancianos torturados y baleados. Sé que creemos que esto en Chile es difícil que suceda ya que hasta hace una semana, eramos hipócritamente un país desarrollado.
Con tristeza y responsabilidad en mi relato, como chilena y madre, como trabajadora y mujer consciente. Les aseguro que esto hoy, en octubre del 2019, está ocurriendo en Chile.
Desde que Sebastian Piñera declaró la guerra a su pueblo comenzamos un real infierno. El mundo debe enterarse de esto. El mundo debe saber que hoy en Chile nos están matando, violando, torturando de manera horrorosa y miserable. Nos cortan dedos, nos cuelgan de los techos, nos crucifican en antenas. A nuestras estudiantes los militares las penetran con sus metralletas. Carabineros golpean hasta romper los cráneos de nuestros jóvenes y si los matan, los abandonan en basureros. Nos meten en calabozos con orina y vómitos.
Carabineros atropella a nuestra gente con sus autos en plena manifestaciones. Asesinan a menores de edad y luego queman sus cuerpos. Militares encierra a civiles en supermercados y luego los incendia.
En la prensa muestran esto como actos vandálicos pero son tantos los videos que los muestra a ellos provocando los incendios, que no pudieron seguir manteniendo el montaje de Piñera.
Ahora se preguntarán; ¿por qué tanto montaje para armar el caos?
Porque hay negocios de nuestro presidente de por medio. Negocios con hidroeléctricas, farmacias, AFP(administradoras de fondos de pensiones), universidades..sólo por nombrar algunos.
Lo que le impide que quiera dar soluciones reales a estas demandas, que además de ser legítimas son un derecho nuestro.
Hoy, describo a mi país con dolor. Escribo este relatos como un acto de justicia a tantas muertes que seguro nuestra justicia dejará en el anonimato.
No sé en que termine todo o si acabaran las muertes esta semana..espero no esperar nuevamente años para ver a mi país en paz, con consciencia y justicia. Deseo que este genocidio de estado no quede impune y que si no es la justicia chilena, sea el juicio social el que ayude a criminalizar estos actos y juzgue a un asesino como Piñera, que nos declaró la guerra sólo por pedir dignidad en un país de desigualdad social aberrante.
Hoy 27 de octubre del 2019, Chile está de luto. Piñera levantó el toque de queda en algunas regiones porque mañana viene la ONU. Quiere mostrar un país tranquilo y ocultar esta realidad que cada vez es más evidente”