La Conmebol definió remover al Estadio Nacional de Santiago de Chile y anunció que la final de la Copa Libertadores se jugará en en el Estadio Monumental de Lima, Perú.
Tras la reunión con el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, su par de Flamengo, Rodolfo Landim, los líderes de las federaciones brasileña y Argentina, Rogério Caboclo y Claudio Tapia, en Paraguay, la entidad rectora del fútbol sudamericano notificó el cambio de sede que también modifica los planes de ambos equipos.
La nueva sede será el Monumental de Lima, que había quedado cerca de albergar la final de la Copa Sudamericana (finalmente se decantó por Asunción). La fecha será la misma: el 23 de noviembre. Con capacidad para 80.000, el estadio agrega poco menos de casi 30.000 asientos con respecto a Chile.
La crisis social e institucional que atraviesa Chile ya lleva miles de heridos y una importante cantidad de muertos en medio de jornadas continuas de represión y multitudinarias manifestaciones. En ese terrible contexto ya se habían anticipado marchas para boicotear el partido, por lo que las condiciones de seguridad no estaban dadas para disputar el duelo en territorio chileno.