Tras una larga sesión el Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño -máxima instancia de la Justicia del país- determinó por 6 votos favorables y 5 en contra, modificar la jurisprudencia. Hasta el momento una sentencia de prisión debía comenzar a ser cumplida luego de que ésta fuera confirmada por un tribunal de segunda instancia, pero de acuerdo a la nueva interpretación la pena debería empezar a cumplirse cuando el acusado haya agotado todos sus recursos legales disponibles.
De esta manera, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien está encarcelado en una dependencia policial de la ciudad de Curitiba acusado de corrupción en el marco de la causa conocida como del tríplex de Guarujá, deberá ser liberado, mientras prosigue el estudio de su caso judicial, que en principio lo condenó a purgar 8 años y 10 meses de cárcel.
La decisión de la mayoría de los miembros integrantes del STF benefició a alrededor de 5.000 personas que actualmente están condenadas, algunas decenas de ellas por la operación Lava Jato.