Hoy 10 de diciembre, en una jornada de extraordinario calor, Argentina se permitió festejar el cambio de mando y el fin de un saqueo coordinado que costó decenas de miles de millones de dólares.
Alberto Fernández habló durante una hora, y explicitó las pautas que guiarán su mandato, con una firmeza inesperada anunció la lucha contra fuertes mafias, la judicial, el aparato de inteligencia y los medios de comunicación.
Volver a alzar la voz en reclamo por las islas Malvinas, la creación de un consejo sobre dicho tema que siente a la mesa a ex combatientes.
Una reforma judicial que termine con las operetas y las sentencias sin sustento que persiguieron políticamente a los opositores al macrismo.
La implementación inmediata de un plan contra el hambre, la recuperación del Stratus de Ministerio a la Salud y la creación del Ministerio de Medio ambiente.
El redireccionamiento de los 9000 millones de pesos que gastó el anterior gobierno en publicidad y de los fondos secretos del Estado hacia el plan contra el Hambre y hacia la educación.
Modernización de las fuerzas armadas, descentralización del Estado y el diseño de un nuevo presupuesto que refleje acertadamente la realidad argentina.
El pueblo puede ilusionarse, ya que tal parece, Argentina pasa hoy a tener un presidente dispuesto a trabajar, y se libera de un oligarca que solamente supo saquear la Argentina.
“Quiero convocarlos a qué si alguna vez me desvío del compromiso que asumo, salgan a la calle a recordármelo”