El 2019 llega a su fin, y el año para Uruguay sin duda dejó como hecho principal, la derrota popular sufrida en el ballotage.
No es que Daniel Martínez fuera el Che ni mucho menos, lejos (demasiado) estuvimos de disputar la presidencia con un candidato radical.
La derrota no tiene a Martínez como único responsable ni por asomo, el frente amplio, mejor dicho algunas estructuras dirigenciales del frente amplio se durmieron en el limbo y creyeron que poder y gobierno significaban lo mismo, pararon a descansar en una carrera que no permite descansos, la carrera por el empoderamiento de los que menos tienen.
Aún así costó, con el poder judicial, los medios de comunicación, los evangelistas, las fuerzas armadas, las élites económicas, los traidores de siempre y el narcotráfico se logró armar una coalición que lo único que tiene como factor aglutinante, es que todos los componentes van a poder robarnos algo a quienes no pertenecemos a su pequeño círculo.
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Cada vez que el frente amplio diluyó una declaración por miedo, perdió terreno en la lucha histórica por el bien del pueblo, terreno que ganó la burguesía.
Fue abandonando hermanos, que cayeron hasta que no quedó ninguno, y así, solo, le bajó la persiana a lo que fue una ola progresista latinoamericana que tiene como únicos defensores a sus más vapuleados elementos, Cuba y Venezuela.
Veremos como algunos compañeros hacen para explicarle cómo gobernar a todo el mundo ahora que no gobiernan su propio país.
El 2020 será de lucha, como fueron los anteriores, con la diferencia de que el aparato estatal dará amparo al fascismo como nunca, que la represión se desplegará de forma exorbitante, que las puertas abiertas al pueblo volverán a cerrarse y que esa pobreza que se logró erradicar volverá a condenar la vida de cientos de miles de compatriotas.
No es pesimismo, es lectura, dólar alto, narcotraficantes en el Parlamento, política alineada a Estados Unidos, conservadurismo e ignorancia combinados en un gobierno que viene a romper y robar.
La única alternativa es la que se tuvo siempre, militar, afiliado o no construir comunidad un día si y otro también, estar en la calle defendiendo cada derecho conquistado y nunca dejarse convencer de que los cambios revolucionarios se lograron en el escritorio, se logran con lucha y se defienden igual.