Mañana domingo se juega una parada histórica para Montevideo y el País, el bloque progresista define si continúa el derrotero de pérdida de identidad o si pone nuevamente la lucha por una sociedad más justa y la construcción desde las bases como cimiento para la construcción de futuro.
Movimientos a la interna que se volvieron tan bruscos que son difíciles de entender por la ciudadanía y la dificultad de plantarse firme ante las duras iniciativas de la coalición de ultraderecha que ostenta el gobierno nacional complican aún más la situación.
Además, cierta centro izquierda agazapada esperando a echarle la culpa de la derrota a la militancia, para ocultar que desde sus oficinas con vidrios espejados se olvidaron quien los puso allí y terminaron cometiendo errores imperdonables, hacen que la definición de este 27 sea trascendental.
Sin desmerecer a valiosisimos compañeros frenteamplistas Carolina Cosse es la única con el apoyo de dos grandes, que además juntos tienen la posibilidad de ser un faro para el camino que espera. El Partido Socialista luego de su desintoxicación, y el Partido Comunista, son dos pilares y garantías de que lo de Cosse no es una mera aventura personal, ni la persecución de un premio consuelo.
Prueba de esto son las innumerables editoriales de los medios de derecha, que apelando a miedos infundados y sin ocultar la intención de influir en la interna insultan constantemente a la candidata favorita, apelando a relatos que como único sustento tienen la repetición rentada en los grandes medios.
Es importante que gane el Frente Amplio, pero aunque alguno parece haberse olvidado es igual de importante el como y el para qué, obtener una victoria que sea un pilar, un mojón que marque el final de un proceso de corrimiento en busca del voto, y empiece a priorizar las ideas.