Toda hazaña tiene sus historias y en ésta no faltaron
Conversando con Patricia Cayón
Calificar como “hazaña” la movilización para recoger las firmas del plebiscito surgió espontáneamente en el seno de la militancia que enfrentó el desafío autoimpuesto. Es que había conciencia de lo que se estaba jugando y se movilizaron esas fuerzas y valores que solo se hacen presentes en las grandes ocasiones.

Un conjunto de mujeres y varones, niños, maduros y veteranos conformando un conjunto multitudinario y variopinto se echó al hombro la tarea respondiendo a un sobreentendido no enunciado explícitamente, pero convertido en objetivo a concretar. Un objetivo importante no solo por su valor político y social sino también por sus dimensiones materiales enmarcadas en tiempos exiguos y en condiciones físicas y sanitarias que volvieron más dificultosa aún la tarea de recolección. Pero se logró, confirmando una vez más que las hazañas son grandes, y merecen llamarse de ese modo cuando el objetivo a lograr también es grande e importante, lleno de dificultades como éste.


Finalizada la “salida a la calle”, el “puerta a puerta” y otras formas, viene la etapa de la valoración y de las historias compartidas que al no quedar relegadas en el recuerdo se convierten en enseñanza. De esas historias y experiencias hablamos con Patricia Cayón, edila por Montevideo del Frente Amplio por el Partido Socialista que, desde el primer momento asumió la tarea no solo de recolectar firmas sino también la de organizar a otros equipos para completar la enorme tarea que se cumplió.
Es con ella que dialogamos en torno a la experiencia recogida en ese contacto cercano con la población.

– Esto fue para mí una enseñanza invalorable. Me permitió conocer de cerca las carencias existentes en la comunicación. La población no está debidamente informada, apenas en algunos casos tiene una ligera idea de los problemas que la afectan. En esa tarea de informar para convencer es que las fuerzas populares hemos quedado retrasadas. No me lo vinieron a contar, lo comprobé en el mano a mano que cuando se habla de la Ley de Urgente Consideración mucha gente no sabe qué es eso…
-Quizás el énfasis se haya puesto en la abreviatura y quedó grabada en la memoria como “la luc”…
– No, no es así. Te aseguro que no eso. Simplemente nosotros no llegamos como se debe llegar en términos comunicacionales. Tenemos un gran déficit en la materia.
– Se cuestiona que los firmantes no conocen el contenido de los 135 artículos que se quieren derogar y eso hace que la gente se retraiga.
– Yo no hago afirmaciones tajantes porque entiendo que es un tema que se debe estudiar, pero me pregunto: ¿acaso los que aprueban la ley presentada conocen su contenido? Tampoco lo conocen. Nosotros rompimos el esquema de mala comunicación y desinformación existente que va en contra de nuestros propios intereses al salir a la calle, a los barrios y golpear las puertas para decir qué estábamos haciendo y para qué.
-¿La gente preguntaba o simplemente accedía a firmar para evitarse molestias ante la insistencia de ustedes?
– Nos ganamos el respeto de la ciudadanía pues al vernos militando por esa causa pese al frío y la lluvia, y al reconocer en muchos de nosotros a sus iguales, a los conocidos del barrio o del sindicato se abrían de forma solidaria. Te cuento una frase que me quedó grabada: “ si esto viene de los sindicatos y el mío está en esto yo firmo sin preguntar”, nos dijo un hombre maduro que nos abrió la puerta de su casa.
– Y la presencia de los partidos políticos, del Frente en particular, no levantó rechazos basados en diferencias partidarias?
– Nos encontramos con algunos casos que reducían el problema a una acción contra el gobierno, pero nos rechazaban con respeto. Otros, por el contrario, lo encaraban como algo que si era “contra este gobierno” firmaban con las dos manos. De esto viví varios casos. Indignados con la coalición. Uno que abordamos en la calle nos dijo: “del FA me cansé, voté a Talvi para probar algo diferente y me quedé sin candidato. Era un chanta. Pero en ésta vuelvo a lo que siempre fui”, y firmó.
– ¿De modo que para ti el contacto fue enriquecedor desde el punto de vista político?
– Sin duda alguna. Y lo que también me llamó la atención es cómo la gente se fija en algunas cosas que parecería, no le interesan ante el desinterés que muestra por los temas políticos.
– ¿Por ejemplo?
– Varios nos preguntaron dónde estaban los dirigentes y porqué no salían junto con nosotros. Si bien explicábamos las razones se notaba un cierto recelo, como cuando nos planteaban porqué derogar solamente 135 artículos y no toda la Ley. Tuvimos que argumentar mucho para convencer. No fue todo sobre ruedas pero nos queda, y a mi en particular, una enorme satisfacción por la labor cumplida y el ánimo para sacar adelante el plebiscito esta vez diciendo SI y hay que acostumbrarse desde ya porque el sí es para reafirmar la consulta.

Garabed Arakelian