En Estados Unidos cada vez es más habitual escuchar el concepto ‘la gran renuncia’. Es como se ha denominado la tendencia de los norteamericanos a renunciar a sus empleos. El Departamento de Trabajo ha publicado datos inquietantes. En el mes de agosto 4,3 millones de trabajadores han dejado sus empleos, una cifra que aumenta hasta los 20 millones si se mide hasta abril. Hay varios factores que explican esta corriente que afecta especialmente al sector minorista, al hotelero y a trabajos de baja cualificación cuyos salarios son bajos, pero también a otros como el sector sanitario o tecnológico.
La ‘gran renuncia’ en los Estados Unidos viene precedida por el mayor estancamiento en décadas en los salarios. La inflación ha aumentado a un ritmo superior de lo que lo han hecho los salarios. A eso se ha añadido que el trabajo se ha vuelto más precario. Octubre ha sido un mes muy activo para los sindicatos estadounidenses, con importantes huelgas en varias industrias que se extienden por todo el país. Las empresas se enfrentan escasez de personal, mientras que la pandemia ha llevado a los estadounidenses a reevaluar sus opciones laborales.
Vuelta a la presencialidad
Más de la mitad de los trabajadores estadounidenses aseguraron que planean buscar un nuevo trabajo el próximo año, según la encuesta de solicitantes de empleo realizada por Bankrate en agosto. Alrededor del 56% de los encuestados dijo que un horario flexible y el teletrabajo son una prioridad. Las mujeres trabajadoras se han enfrentado a una carga adicional, haciendo malabarismos con las tareas del cuidado de los niños, la escolarización virtual y sus carreras.
La pandemia cambió la percepción del trabajo
Una pandemia como esta, hace que las personas cambien mucho a nivel psicológico y empiecen a valorar su vida desde diferentes perspectivas. Esto incluye el trabajo. En estos momentos, muchos de esos empleados que han renunciado lo han hecho entre otros motivos, por la necesidad de sentirse como un ser humano y no solo como un trabajador. Se necesitan trabajos que enriquezcan la vida de las personas y no sean una carga adicional de estrés.
Agotamiento en la primera línea de atención
Trabajadores de primera línea en la atención médica, cuidado infantil, hoteles, restaurantes y supermercados, empujados al borde de la resistencia humana durante la pandemia, han manifestado que las horas agotadoras, la paga inadecuada, la falta de equilibrio y el abuso por parte de los jefes y clientes ya no compensan en comparación a su su bienestar físico y mental. Los carteles de los restaurantes instan a los clientes a “ser pacientes con los camareros” hartos de renuncias de trabajadores por culpa de los clientes abusivos.
Obligatoriedad de vacunación
El presidente Joe Biden lanzó un tajante mensajes: “Vacúnese o perderá su trabajo”. Alrededor del 77% de población de EEUU ha recibido al menos una dosis, sin embargo, hay un importante sector que se resiste a ser inmunizados e incluso prefieren renunciar a su trabajo antes que recibir la vacuna.
Un ejemplo es lo que ha sucedido en Chicago. Un sindicato de la policía ha publicado un manifiesto en contra de la vacunación. Más de 12.000 trabajadores del cuerpo no han cumplido con los plazos para vacunarse y corren el riesgo de perder el trabajo.
Otro de los motivos para renunciar a la vacuna es el religioso. Muchas creencias van en contra de la inmunización y sus fieles rechazan por completo recibir la vacuna aunque eso suponga renunciar a su empleo.