La Policía de Sri Lanka recibió este miércoles la orden de disparar sin aviso previo contra los manifestantes con el argumento de mantener el orden y evitar saqueos en el país, desgarrado por violentas protestas contra la gestión gubernamental de la crisis económica, que estallaron en la nación isleña a finales de marzo.
El país se encuentra en una grave crisis económica. En marzo, la inflación alcanzó a 18,7 % con respecto al mismo periodo del año anterior, por lo que las autoridades anunciaron que solicitarán un rescate del Fondo Monetario Internacional para resolver su creciente crisis de deuda externa y reforzar sus reservas exteriores.
El 31 de marzo, miles de personas se reunieron cerca de la residencia del presidente de la nación, Gotabaya Rajapaksa, ubicada en las proximidades de la ciudad más grande del país, Colombo, para exigir su dimisión y fueron dispersados con gases lacrimógenos y cañones de agua.
Tras los enfrentamientos, que se saldaron con 53 detenidos, las autoridades decretaron toque de queda en Colombo y el 3 de abril declararon estado de emergencia nacional. Al día siguiente, todos los miembros del Gabinete ministerial presentaron su dimisión.
Junto con exigencias de formar un nuevo Gobierno, las protestas se extendieron por todo el país. El pasado 6 de mayo, el presidente de la nación volvió a declarar estado de emergencia y otorgó a las fuerzas del orden la autoridad para detener a todo sospechoso.
El presidente anunció que nombrará esta semana a un nuevo primer ministro y otro Gabinete, y que tomará los pasos necesarios “para formar un nuevo Gobierno para controlar la situación” y evitar que el país “caiga en la anarquía”.