Mujica apoyó la campaña de Lula participando de algunos actos, y tenía previsto asistir con Lucía Topolansky a la asunción, pero accedió al pedido de Lacalle de concurrir con él, tras el giro del presidente que busca mostrar una imagen mas madura en el marco del escándalo de corrupción en el que está envuelto su gobierno.
Bolsonaro por su parte, amigo cercano de Lacalle Pou y principal aliado en la cruzada de Lacalle por acercarse con mas fuerza a los intereses norteamericanos no tuvo la altura para entregar la banda, y huyó hacia estados unidos el viernes en un avión de la fuerza aérea, luego de que las manifestaciones de sus militantes de ultraderecha no tuvieran el efecto deseado y se diluyera la posibilidad de un golpe de Estado.

Lula dijo que en las elecciones de octubre, ganadas por su partido, “fue la democracia la gran victoriosa”, ya que “superó” las “más violentas amenazas a la libertad del voto”, aludiendo a la campaña emprendida por su antecesor, Jair Bolsonaro, contra el sistema de votación existente en Brasil.
“Nuestras primeras acciones apuntan a rescatar del hambre a 33 millones de personas y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileñas y brasileños, que soportaron la más dura carga del proyecto de destrucción nacional que hoy se cierra”, dijo Lula en su discurso en el Parlamento.